Las redes públicas apuntan caminos hacia buenos resultados educacionales
Conoce algunas acciones comunes y cinco ejes estructurales de la educación
Compartir buenas prácticas entre las escuelas y redes de enseñanza no es algo usual en Brasil. Pero debería serlo. Tenemos 5570 redes municipales de enseñanza y varias de ellas están adoptando acciones interesantes en el área de la educación, pero no llegan al conocimiento de las demás. Compartir y diseminar buenas prácticas es extremamente valioso, especialmente dentro del actual contexto en el que los desafíos históricos del país con relación al aprendizaje y la permanencia en la escuela de los estudiantes se agravaron por el período de pandemia.
Brasil como un todo tiene un largo camino por recorrer para llegar a tener resultados educativos equiparables, por ejemplo, con los de los países desarrollados en el examen de evaluación internacional de estudiantes PISA. Y hay algunas áreas que son más complejas que otras como es el caso de la Enseñanza Media y la Matemática. Cuando juntamos las dos, el escenario es desalentador: apenas un 7 % de los alumnos de la red pública tienen un aprendizaje adecuado en la disciplina al finalizar el 3.º año, según datos del Sistema de Evaluación de la Educación Básica (Saeb) 2019. En este sentido, tenemos mucho que aprender con experiencias internacionales de éxito. Sin embargo, dado nuestro desfasaje y nuestros grandes desafíos sociales, no tendremos resultados extraordinarios rápidamente, lo que no significa que no debamos buscarlos.
En varias otras áreas, tanto en la actuación de la secretaría como en prácticas en el aula, la inspiración puede estar en nuestro propio territorio y compartir las buenas prácticas puede surtir efectos más rápidos. Recientemente, en este periódico Folha de S. Paulo, Priscila Cruz e Ivan Gontijo, del movimiento Todos Pela Educação, explicitaron un mapeo realizado por esa ONG sobre políticas públicas de éxito en ocho redes de enseñanza de Brasil. Ahora, en el libro Ensino público com bons resultados (Enseñanza pública con buenos resultados), elaborado por el instituto Interdisciplinaridade e Evidências no Debate Educacional (Iede) en asociación con la Fundación Santillana y la casa editorial Moderna —de descarga gratuita y con una versión digital disponible en los sitios de las dos organizaciones—, hay una recopilación de estrategias y acciones de las redes de enseñanza que se destacan en el ciclo de la Enseñanza Fundamental con relación a los cinco ejes estructurantes de la educación: 1) políticas para profesores; 2) evaluación y monitoreo del aprendizaje; 3) actuación de la Secretaría de Educación; 4) currículo; y 5) material didáctico. Los resultados han sido sistematizados a partir de estudios con más de mil redes públicas y escuelas brasileras.
En el eje número uno, por ejemplo, las estrategias y acciones tienen en común una política consolidada de formación continua y garantizan las condiciones para que los profesores y gestores participen de encuentros formativos realizados, por ejemplo, por medio de formaciones continuas en el lugar de trabajo, incluidas en la carga horaria del educador y previstas en el calendario escolar. Estos aspectos son fundamentales ya que, de acuerdo con los cuestionarios del Sistema de Evaluación de la Educación (Saeb) de 2017, a más del 80 % de los profesores les gustaría haber participado en más actividades de desarrollo profesional en los dos años anteriores. Sin embargo, el 65 % alegó que no tenían disponibilidad de tiempo y el 64 %, que hubo una superposición con su horario de trabajo. Además, en las buenas redes de enseñanza las formaciones son vistas como mecanismos de cohesión y valorización de los profesionales: a aquellos que se destacan más se los invita a dar cursos y charlas a los colegas.
La evaluación y el monitoreo son otros puntos clave de la actuación de esos municipios que, en general, utilizan diversos instrumentos para hacer el seguimiento de los alumnos: además de las evaluaciones en larga escala como el Saeb, hay evaluaciones constantes elaboradas por la Secretaría de Educación y los profesores de cada clase, y observaciones frecuentes en el aula por parte de coordinadores y gestores. Esto permite hacer intervenciones pedagógicas más rápidas, evitando que los desfasajes de aprendizaje de los estudiantes se acumulen y el equipo descubra recién al final del bimestre, por ejemplo, que algunos no están progresando de la forma esperada y se quedaron atrás. En esas redes las evaluaciones diagnósticas se utilizan como base para hacer los cambios, sirviendo para estructurar el refuerzo escolar y direccionar la formación de profesores.
Vale la pena destacar también que, para que las escuelas alcancen buenos resultados educativos, la actuación de la secretaría tiene mucha importancia. Yendo más allá de lo obvio, dar soporte estructural, poner a disposición recursos materiales, logísticos y humanos a las unidades de enseñanza hace mucha diferencia en el apoyo pedagógico. En general, en las redes de destaque los equipos de la Secretaría de Educación actúan de una forma muy próxima a las escuelas: desburocratizan y facilitan la comunicación (vía WhatsApp, e-mail, teléfono y personalmente); realizan reuniones constantes con los directores y visitas periódicas a las unidades de enseñanza. Además, centralizan parte de las actividades administrativas para que las escuelas puedan tener más tiempo para dedicarse al aprendizaje de los alumnos.
Garantizar una educación de excelencia depende de múltiples factores. Tal vez compartir buenas prácticas no sea capaz de traernos indicadores educativos de primer mundo. No obstante, si conseguimos universalizar los avances ya obtenidos por algunas de nuestras redes de enseñanza, millares de estudiantes tendrán sus vidas transformadas. Y ese precisa ser nuestro compromiso.
Ernesto Faria, profesional que está cursando el doctorado en Educación en la Universidad de Coimbra, es director fundador del Iede.
Lecticia Maggi, gerente de Contenido de Iede.
