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La escuela que viene quiere escuchar tu voz

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Fundación Santillana tiene un objetivo fundamental desde sus inicios que intenta potenciar día a día con su trabajo: sumar voces. Sin las voces de las personas que viven la educación, que trabajan en ella y que la sienten como parte de sus vidas sería imposible reflexionar, llegar a conclusiones, establecer líneas de trabajo y tratar de buscar soluciones a problemas educativos existentes en nuestra sociedad.

Seguro que tienes mucho que aportar, que has reflexionado a menudo sobre la escuela, que tienes inquietudes y preocupaciones, e incluso ideas que compartir… Nuestra máxima diaria es lograr un aprendizaje óptimo para los estudiantes, pero también conseguir nosotros mismos, como institución, esos aprendizajes a través del conocimiento y la experiencia de otros.

Es nuestra manera de trabajar y así lo hemos hecho siempre. Pero en estos momentos, sumar voces adquiere un significado si cabe más especial. Estamos atravesando momentos complejos en educación con motivo de la pandemia. Las circunstancias han cambiado y necesitamos conocer las experiencias de quienes las están viviendo.

A través de nuestro proyecto “La escuela que viene. Reflexión para la acción”, que pusimos en marcha el pasado mes de mayo, hemos dado voz a cientos de personas que tenían mucho que decir sobre la escuela del presente y sobre la escuela del futuro. Pero de todas esas voces, las que más nos han impactado, eso sí, han sido las de los estudiantes. Creemos que ellos son el centro y, por lo tanto, quienes nos pueden hacer dirigir la mirada hacia un lado o hacia otro.

“Hay cosas en la escuela que no están funcionando. Lo vemos todos. Los alumnos, los docentes, las familias. Y lo decimos todo el tiempo. Sin embargo, muchas veces nos cuesta pensar en los cambios que tenemos que hacer a corto plazo. Hablamos como si la escuela fuera un proyecto que estamos armando para una generación distante, y no un lugar donde ahora hay chicos pasándolo mal. Hablamos mucho de la escuela del futuro, pero no de la del presente”, nos escribía el estudiante argentino Yael Crupnicoff. Y añadía:Necesitamos una escuela que se preocupe por nosotros ahora, que nos enseñe no solo lo que nos va a ser útil sino lo que nos interesa y preocupa. Que nos ayude a cuidar nuestra salud física y mental y a navegar nuestros vínculos con respeto”.

Pero no solo él. La española Selma Soblechero Rubio afirmaba:Los alumnos hemos llegado a una misma orilla: la necesidad de sentirnos partícipes en el proceso de aprendizaje. Necesitamos dar una vuelta de tuerca a la educación y empezar a tener una enseñanza activa. Planteábamos ideas como ofrecer un espacio en el que sean los propios estudiantes quienes diseñen una parte del programa abriendo así la posibilidad de obtener un lado más artístico, tecnológico o innovador de cada materia. Quizás a través de estos medios como estudiantes dejemos de sentir que recibimos una educación obligatoria en la que los contenidos no son más que salvoconductos para obtener un título”.

Sebastián Jaramillo, otro estudiante, colombiano en este caso, aludía a la importancia de la motivación: “Cuando nosotros vemos las cosas por obligación no solemos hacerlas bien y siempre daremos lo mínimo para decir lo terminé, ya quedó bien. Por el contrario, si tenemos una motivación para el estudio, nosotros mismos seremos los que indagaremos más sobre el tema, daremos un poco más y aún más importante, cada día nos sentiremos con más ganas de ir al colegio. De esto se puede concluir que al tener en la escuela una motivación, los estudiantes dejarán de estudiar, pero empezarán a aprender”.

Una campaña para escucharte y que tu voz llegue lejos

Por eso, en su empeño por sumar voces, Fundación Santillana ha puesto en marcha una campaña a través de la que invitamos a cualquier persona interesada, involucrada o simplemente sensible al mundo de la educación y sus circunstancias a participar con su reflexión.

Fundación Santillana está lanzando una serie de preguntas en redes sociales y a sus socios más cercanos con motivo de la presentación el próximo día 17 de diciembre de las conclusiones de su proyecto “La escuela que viene”.

Desde aquí hacemos un llamamiento a todas aquellas personas que quieran participar a escribirnos y compartir su experiencia durante la crisis a través de este enlace. Todas las aportaciones se utilizarán para generar debate y serán publicadas en el documento. Puedes ver todas las obtenidas hasta ahora aquí.

Queremos que nos ayudes a reflexionar a través de tus aportaciones, de tus palabras, y queremos que estés presente en nuestro documento para que todo el mundo las pueda oír, para que formes parte de un diálogo internacional educativo.

Estas son nuestras preguntas, que están enmarcadas en cada uno de los ciclos que hemos celebrado hasta ahora:

Los estudiantes de la escuela que viene

  1. ¿Qué fue lo más valioso que aprendiste en la escuela?
  2. ¿Deberían elegir los estudiantes lo que quieren aprender?

Políticas educativas para la escuela que viene

  1. ¿Es necesario un cambio en las políticas educativas?
  2. ¿Son conscientes nuestros políticos de las necesidades de la escuela?

Otras escuelas: selvas, aldeas, hospitales…

  1. ¿Cuál es el gran desafío de las otras escuelas (rurales, hospitalarias…)?
  2. ¿Qué nos enseñan esas otras escuelas?
  3. ¿Aprenden más/mejor los niños en una escuela rural o en una urbana?

¿Qué hay que aprender hoy en la escuela?

  1. ¿Debería saber un estudiante cómo administrar su dinero?
  2. ¿Qué hay que aprender hoy en la escuela?
  3. ¿Más habilidades y menos contenidos en la escuela?

¿Sobre cuál de ella te gustaría contarnos tu opinión, tu experiencia? Puedes consultar cada uno de los ciclos que hemos llevado a cabo  y así encontrarás otros puntos de vista, otras reflexiones.

¿Te animas? Hazlo por la escuela que viene y, sobre todo, porque la educación nos une.