¿Estamos ante el fin del trabajo y las profesiones
Por Alejandro Piscitelli, filósofo argentino, especializado en los nuevos medios. Autor del Documento Básico del XV Foro Latinoamericano de Educación de la Fundación Santillana.
Difícilmente haya una dimensión de la vida social más difícil de conceptualizar que el trabajo. De los 8.000 millones de habitantes que poblamos la tierra, unos 5.000 millones están en condiciones de trabajar, 3.500 millones tienen trabajos efectivos, y solo unos 1400 millones son asalariados formales. Entre éstos últimos, 1.000 millones con títulos académicos y/o profesionales. Pero un fantasma recorre al mundo y es que la tecnología digital terminará con gran parte de los empleos actuales y que un número indeterminado, pero alto (60%) de las profesiones y puestos de trabajo que existirán en una fecha cercana, aún no existen.
Los avances recientes en IA seguramente marcarán el comienzo de un período de dificultades y perjuicio económico para muchos cuyos trabajos se verán directamente afectados y a quienes les resulta difícil adaptarse, lo que los economistas llaman eufemísticamente "costos de ajuste".
Recientemente, el último informe del Foro Económico Mundial no sólo se propone anticipar cuáles serán las profesiones más demandadas en el futuro cercano (expertos en inteligencia artificial y aprendizaje automático, analistas en seguridad de la información, ingenieros Fintech o en Robótica, científicos de datos, arquitectos en la nube, expertos en ciberseguridad, especialistas en transformación digital), sino que afirma que el avance de tecnologías como la IA generativas y la automatización, tenderán a reemplazar tareas rutinarias y perfiles laborales parcial o totalmente.
A medida que derivamos hacia una sociedad de Internet basada en la tecnología (o incluso a sociedades post-Internet basadas en otras tecnologías), las profesiones en su forma actual ya no serán la mejor respuesta a esas necesidades. La tecnología es el principal motor de este cambio (pero no el único). Y, a la larga, no necesitaremos ni querremos que los profesionales trabajen como lo hicieron en el siglo XX -o hasta ayer nomás.
En un mundo en el que el acceso a la educación superior pasó de 19% a 38% en las últimas dos décadas, ¿cuál es el futuro inmediato de estos 235 millones de estudiantes? Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se estima que a nivel mundial hay más de 1.000 millones de personas trabajando en ocupaciones profesionales tales como medicina, ingeniería, educación, derecho, tecnología, entre otros y que seguramente han obtenido el título universitario en el último medio siglo. ¿Las carreras o profesiones que eligieron les servirá para vivir mejor? ¿Alcanza tener un título universitario en la era digital?
Las tecnologías exponenciales tienen el potencial de mejorar muchos aspectos de la vida humana, incluyendo la reducción de la pobreza y la desigualdad, pero esto es algo que no está ocurriendo a la velocidad y con la profundidad que necesitamos. En ese contexto, emerge el precariado, caracterizado por la falta de seguridad laboral, la ausencia de oportunidades de ascenso y la falta de control sobre sus propias condiciones de trabajo.
Para diseñar futuros con sorpresa necesitamos ejercitar una epistemología zoom integrando los conocimientos especializados de diversas disciplinas y niveles de análisis, buscando lograr una comprensión más completa y detallada de un tema en particular y de todos en su concatenación.
Necesitamos formar polímatas, un nuevo tipo de ciudadano/profesional cuya mirada y lectura de la realidad, modelos mentales, capacidades de intervención, coordinación de acciones, diseño de problemas y habilidad para la toma de decisiones sean no inter ni transdisciplinarias, sino profundamente antidisciplinarias.
¿Es entonces la tecnología una herramienta para revertir la precarización del trabajo o la acelera? ¿Qué debemos aprender para vivir mejor? ¿Nuestros hijos tienen posibilidades de vivir mejor que nosotros? ¿Se terminará el trabajo? ¿La educación ya no es más un vector de movilidad social?
Ante un escenario que se dirime entre miradas tecnofílicas y tecnofóbicas, y cuyas respuestas por momentos se asemejan a relatos de ciencia ficción, en el XV Foro Latinoamericano de Educación, organizado por la Fundación Santillana y auspiciado por la OEI, buscaremos profundizar en interrogantes que marcarán el presente y el futuro de la intersección entre educación y trabajo. Estas preguntas nos invitan a un apasionante debate, pero sobre todo son un llamado a la acción para que seamos nosotros quienes diseñemos el futuro y no sea el futuro el que nos diseñe a nosotros.