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¿Cuál es el futuro del currículum?

Boy and girl looking at astronomical projection on futuristic device

Debemos dar al currículum el lugar que le corresponde: contextualizarlo, modificarlo cuando las cuircunstancias lo pidan, conseguir el mayor consenso posible para ponerlo en marcha. Hacemos una reflexión sobre las necesidades de su transformación y un recorrido por los países que han logrado grandes progresos educativos gracias a trabajar el currículum cíclicamente. Sin un currículum adecuado y adaptado a los cambios en todos los sentidos no podremos alcanzar el futuro educativo que necesitamos.

El futuro del plan de estudios es tan brillante como desafiante y lo cierto es que su potencial no se utiliza convenientemente, lo cual da lugar a que muchos sistemas educativos no prosperen positivamente por este error de fondo.

Estamos en un momento en el que es imprescindible dar al currículo el lugar que le corresponde en los programas de desarrollo individual, colectivo, nacional y global, y en la configuración del futuro que merecemos, el futuro que no conocemos y el futuro que queremos legar a las nuevas generaciones.

El contexto es un primer paso indispensable en el desarrollo de un currículo basado en competencias. Este contexto es complejo, multidimensional y diverso.  Cada contexto impone diferentes demandas a individuos y colectivos. El siglo XXI, y particularmente la Industria 4.0, presentan desafíos y oportunidades para los cuales los estudiantes deben estar preparados. El desafío mayor es que los planes de estudio equipen a los alumnos con competencias que les permitan adaptarse y cumplir con estos desafíos de manera efectiva.

Para la Unesco, por ejemplo, el currículo es entendido como un acuerdo político y social que refleja una visión común de la sociedad, teniendo en cuenta al mismo tiempo las necesidades y expectativas locales, nacionales y mundiales.

 

Así debería ser su desarrollo

En otras palabras, el currículo encarna los objetivos y propósitos educativos de una sociedad. Por lo tanto, los procesos contemporáneos de desarrollo y reforma del currículo conllevan cada vez más debates públicos y consultas con una amplia gama de interesados.  Pero ¿cómo debería ser el desarrollo del currículum?

 

  • Planificado y sistemático
  • Inclusivo y consultivo
  • Liderado por profesionales del currículo
  • De carácter cíclico
  • Sostenible
  • Debe valorar a cada niña y cada niño y sostiene que los mismos preocupan por igual
  • Se compone de contenido de elevada calidad, pertinente y adecuado y contribuye al desarrollo de competencias
  • Está bien organizado y estructurado
  • Se basa en un conjunto de hipótesis sobre la forma en que los niños aprenden

 

Para ser llevado a la práctica eficazmente, un currículo de calidad entraña y pone unas expectativas claras sobre:

–   Los estudiantes

–   Los docentes

–   Las escuelas/ los ambientes de aprendizaje

–   Los padres y el personal

–   Los sistemas educativos y las autoridades

In this photogaph taken September 23, 2010, six-year-old first grader Afit Suradiradjai studies his move against Indonesian rising chess star, 14-year-old national junior chess champion Masruri Rahman (not in pictured), during simultaneous matches against 200 students at a Jakarta gymnasium in an exhibition game celebrating national sports day and promoting chess to youngsters. Masruri won the gold medal in the 13-year-old division at the 5th World School Chess Championship in Greece in 2009. The junior high school student comes from a poor family of six children, his father, who taugh him to play chess, earns a living as an autorickshaw driver while his mother accompanies him during his games. AFP PHOTO / ROMEO GACAD (Photo by Romeo GACAD / AFP) (Photo by ROMEO GACAD/AFP via Getty Images)

Basados en competencias y en materias A diferencia de los currículos basados ​​en competencias, los currículos basados ​​en materias se basan principalmente en la comprensión del contenido de la materia o las disciplinas. En general, preparan a los alumnos para conocer los temas y obtener una comprensión profunda de los avances en la materia correspondiente. No necesariamente enfatizan el uso inmediato de esos conocimientos adquiridos.

La aplicación de los mismos a menudo se aplaza a situaciones de la vida real que los alumnos pueden enfrentar más adelante en la vida, obligándolos a aplicar lo que habían aprendido.  Debido a la insensibilidad al contexto, a menudo es fácil tener el mismo plan de estudios en diferentes contextos, en su mayoría tomados de lo que se consideran contextos avanzados. Pero cada contexto es diferente, como ya hemos mencionado.

Así, la realización de la Agenda Educación 2030 exige mayores contribuciones de los planes de estudio.

 

No queremos cambios dramáticos

El cambio rápido no anticipado va a hacer que los sistemas educativos y los planes de estudio se conviertan en cambios dramáticos, cuyas direcciones aún no se conocen. El éxito de la Agenda Educación 2030 radicará en su capacidad para adaptarse a lo desconocido y reconsiderarse a sí mismo frente a estas realidades. Con el inicio de la Industria 4.0, estos planes de estudio que están atascados en el pasado serán desafiados para ponerse al día y para adelantarse a su tiempo.

Por eso, reconceptualizar y reposicionar el currículo en el siglo XXI en general, en la Agenda Educación 2030 y en la Industria 4.0 no es una opción, es un imperativo moral, de justicia social, de estabilidad global, de seguridad global y de paz global.

Es necesario redefinir los planes de estudios y liberarlos de sus limitaciones actuales.

Escuelas y contextos educativos

Ya lo decía Alberto Minakata hace años: “El dilema está en las escuelas, o se transforman en organizaciones que aprenden, abiertas y relacionadas con contextos, problemas, escenarios sociales y productivos, o bien se anquilosan como instituciones obsoletas y dislocadas de las dinámicas de la sociedad del conocimiento”.

Otros autores añaden que el currículo se modula a través de tres niveles: a) Macro: Sistema Educativo (políticas y alineamientos gubernamentales), b) Meso: Institución Educativa (Proyecto Educativo Institucional) y c) Micro: Aula de Clases (preparación de la clase). Estos niveles deben dinamizarse de tal manera que exista una coherencia en torno al tipo de hombre y de sociedad que se quiere contribuir a formar y lo que se desde la institución educativa se realiza para responder a dichos fines e intenciones educativas.

 

Competencias necesarias

Pero ¿cuáles son las competencias que inexorablemente habría que introducir en el nuevo currículum? Según el documento normativo Competencias del futuro y el futuro del currículum, publicado por el International Bureau of Education y que es uno de los documentos de referencia de Fundación Santillana, son estas:

 

  • Creatividad, comunicación, pensamiento crítico, resolución de problemas, curiosidad, metacognición. 
  • Habilidades digitales, tecnológicas y de TIC.
  • Medios de comunicación, información, conocimientos financieros, científicos y aritmética.
  • Habilidades interculturales, liderazgo, conciencia global.
  • Iniciativa, autodirección, perseverancia, responsabilidad, responsabilidad, adaptabilidad.
  • Conocimiento de disciplinas, mentalidad STEM.

 

 

Estilos diversos de aprendizaje

Amadio, M, Opertti, R, y J.C. Tedesco, en su documento titulado Un currículo para el siglo XXI: Desafíos, tensiones y cuestiones abiertas, explican que “el currículo tiende a mirar más hacia el pasado que hacia el futuro; que está basado en concepciones muy tradicionales del aprendizaje y de la enseñanza además de tener poco en cuenta la heterogeneidad de los estudiantes y la diversidad de sus estilos de aprendizaje…Las evaluaciones nacionales e internacionales indican carencias a veces preocupantes en materia de adquisición de saberes básicos (lecto-escritura, matemáticas) así como brechas significativas en su distribución social.

Además, alimentan de manera creciente las críticas dirigidas hacia un currículo cuyos principios básicos de organización no han cambiado mucho desde el establecimiento de los sistemas educativos públicos, y que sigue privilegiando la acumulación de hechos, informaciones y saberes en lugar de favorecer la comprensión de lo que se puede hacer con esos saberes”.

Finland High Resolution Education Concept

Currículums y países

Pero, hablemos de currículums y países. Finlandia, por ejemplo, cambió el currículum hace cuatro años. Ese cambio no solo trajo consigo un incremento del uso de las nuevas tecnologías. También optó por introducir estrategias del aprendizaje basado en fenómenos. Este método de aprendizaje anima a los estudiantes a que tengan un papel más activo en sus estudios, cooperando en grupos de estudio e investigación.

Para que esta metodología pudiera llevarse a cabo se efectuaron varias pruebas piloto que dieron pistas sobre su efectividad.

En el proceso de renovación curricular se implicaron la administración local, directores, maestros y estudiantes. Este currículum recoge las competencias que deben lograr los alumnos al final de cada curso, pero son los centros los que deciden de qué forma lo hacen.

Además del logro de competencias, se redujo el peso de las asignaturas a través de esos trabajos que mencionábamos antes que son más interdisciplinares. La familia y el entorno social también se implican.

Sin embargo, cambios de este tipo sería muy difícil efectuarlos en España. El nivel de burocratización es tan alto que los tiempos se prolongan. También la estrategia de formación de los docentes debería dar un cambio.

Tampoco aquí se adaptan los currículums a los diferentes contextos educativos, lo que no facilita su adaptación a diferentes entornos sociales.

 

La escolarización centrífuga

Ben Williamson es hoy en día uno de los nombres de referencia en analizar el futuro del currículum. Es profesor de Educación en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Stirling, en el Reino Unido. En su libro El Futuro del Currículum examina una serie de innovaciones curriculares contemporáneas en los Estados Unidos, Reino Unido y Australia que reflejan los cambios sociales y tecnológicos de la era digital. Estas iniciativas curriculares son ejemplos de lo que Williamson llama «escolarización centrífuga», que expresa una visión de la educación y el aprendizaje que está descentralizada, distribuida y dispersa, y que pone el énfasis en las redes y las conexiones.

En la escuela centrífuga, se prepara e improvisa activamente un currículum a partir de una mezcla heterogénea de personas, grupos, coaliciones y estructuras institucionales. Estos participantes del diseño y planificación de este currículum son gobiernos locales, corporaciones, fundaciones, organizaciones benéficas y organizaciones no gubernamentales.

Entre las innovaciones curriculares que Williamson examina se encuentran High Tech High, una red de escuelas concertadas de San Diego (EE UU) que integra la educación técnica y académica con un aprendizaje basado en proyectos; Opening Minds, un currículo «basado en competencias» utilizado en 200 escuelas de secundaria británicas; y Quest to Learn, una «escuela para niños digitales» en la ciudad de Nueva York.

 

Portugal y algunos países asiáticos

Portugal es otro de los modelos que más envidia está causando en Europa en lo que se refiere al desarrollo de su sistema curricular. Este país ha vivido en los últimos años cambios de enfoque curricular y educativo, pero ha mantenido más inversión sostenida en educación, en una escuela pública muy bien considerada (apenas hay un 11 % de colegios privados), un cuerpo docente con mucho prestigio y una buena dotación tecnológica en los centros educativos.

Su plan de innovación tuvo tres apuestas fundamentales: otorgar autonomía curricular a los colegios, inyectar flexibilidad en los centros y un plan de implantación paulatina que ha permitido la creación de una serie de centros de referencia.

three asian elementary school children standing in front of chalkboard underneath chalk-drawn doctoral caps.

Desde el Banco Mundial se destaca el currículums de algunos países asiáticos como modelo a seguir: Singapur, Japón, Corea del Sur y China.

En estos lugares del mundo las reformas curriculares reconocen que la economía global y la sociedad están cambiando y se centran en el concepto de “aprender a aprender”. El objetivo de los currículums de esos países es que los estudiantes se adapten a las demandas del mercado laboral y estén preparados para afrontarlas en cuanto terminen los estudios.

Todos estos sistemas educativos coinciden en quitar contenido formal del currículum. En Hong Kong, por ejemplo, restringieron el plan de estudios a cuatro áreas específicas. En Japón apostaron por la reducción del 30 % del currículum.

Lo que están haciendo los países asiáticos es lo que todos los sistemas educativos del mundo saben que deben hacer: equilibrar el currículum entre los contenidos tradicionales y las competencias transversales. Saltando a otro continente, América Latina, en Argentina, por ejemplo, las cosas funcionan de manera diametralmente opuesta. Aún se priorizan los currículums largos donde se resalta el contenido antes que el desarrollo de nuevas habilidades. México, por su parte, está intentando hacer un enorme esfuerzo por transformar su currículum en los últimos años, tal y como analizamos en este post hace unos días.

 

Dos documentos imprescindibles

Desde Fundación Santillana animamos a explorar estos dos documentos con ojos de cambio para obtener las claves del reposicionamiento del currículum y saber cuál es el futuro de este: Reposicionando el currículum del siglo XXI y Competencias del futuro y el futuro del currículum. Sin un replanteamiento del currículum educativo a partir de su concepción actual, los estudiantes de hoy estarán condenados a no subirse al tren del progreso ni a adaptarse a la nueva sociedad. Estamos seguros de que nadie quiere eso, por ese motivo invitamos a la reflexión y, después de ello, a pasar a la acción luchando por un nuevo aprendizaje. Porque la educación nos une.